Unidades del sistema internacional vs unidades cotidianas

Unidades del SI vs unidades convencionales.

Para esta tarea he decidido analizar una analítica sanguínea, y comentar en qué unidades se expresan estos valores, si son los aceptados científicamente (vendrían a ser del SI) o por el contrario, utilizamos otros más cotidianos y conocidos aunque no estén aceptados en el SI.

Analizando estos resultados, en primer lugar vemos que expresan los resultados de las células sanguíneas en microlitros, cuando lo lógico y normal sería expresarlo en litros según el uso cotidiano o en metros cúbicos siguiendo el SI. Aquí prima un criterio de manejabilidad, ya que es totalmente absurdo dar los resultados en metros cúbicos (¡¡¡no tenemos tanta sangre!!!) o en litros (más plausible). Me resulta curioso el uso de la unidad, microlitros porqué es una unidad desconocida para la mayor parte de la gente. Por tanto, aquí ni se sigue el SI ni los usos cotidianos.

En cambio, vemos como la cantidad de hemoglobina la expresa en g/dl. Nos está informando de la densidad, pero aquí vuelve a cambiar la unidad de medida del volumen (las más comunes son el litro o el centilitro) y al expresar la masa, no usa las habituales (g o kg) ni el SI (kg). Si nos centramos en la densidad tampoco la expresa como sería lógico según el SI (kg/m³) o como se expresa en muchos libros de texto (g/L) que sería la forma más cotidiana.

Otro dato interesante son los datos de la Fosfatasa alcalina o la GPT, ya que vemos unidades de medida de la actividad enzimática. Dudo que en este parámetro haya unidades “cotidianas” más que las que encontrarán los profesionales sanitarios en las analíticas. Sin embargo, no sigue las directrices del SI, ya que la unidad es el katal y aquí utilizan el U/L o en algunos casos mU/mL.

Analizando la precisión, es decir, el número de cifras decimales, vemos un uso muy poco habitual de las mismas. Nada más empezar, nos encontramos con cifras con un decimal para referirse a los eritrocitos, pero en este caso, es porque, de manera poco seria, intenta utilizar la notación científica con potencias de base 10, aunque utiliza la palabra (millones) en vez de la numeración apropiada.

Vemos en los análisis bioquímicos algún uso ocasional de las cifras decimales, pero otra vez, solo se utiliza una cifra, cuando lo más habitual suelen ser 2 o en ámbitos académicos, como en mi etapa de bachillerato y universidad, 4.

Por último, si nos centramos en los intervalos de confianza de los distintos parámetros, vemos que no hay un patrón o valor estándar definido. Normalmente, en los test estadísticos científicos se suele utilizar un error de un 5% o un 10%. No obstante, en estos análisis, vemos intervalos aleatorios, sin patrón definido. Más bien, podríamos decir que cada parámetro analizado tiene un intervalo de confianza propio que no sigue ningún criterio visible. Así pues tenemos resultados tan dispares como el 600% en el caso de los reticulocitos, un 128% en el caso de la hemoglobina (uno de los casos que más se acercaría a este 105-110%) o un 300% en el caso de la bilirrubina.

Es curioso ver como unos análisis sanguíneos, elaborados por farmacéuticos y que posteriormente serán analizados por médicos, ambos profesionales del mundo de la ciencia, ignore un dogma tan básico y fundamental de la ciencia como las unidades del SI, porque a lo largo de todo el documento, no encontramos ningún parámetro que utilice las unidades estándar del Sistema Internacional.

Tampoco se hace un uso común o habitual de las cifras decimales y mejor no hablar de los intervalos de confianza, que no hay un patrón definido.